Mike ha enviado un texto corto en el que cuenta una anécdota de la época y la compara con lo que habría sucedido hoy en día. Es el primer Texto Libre recibido. Ya dijimos que quien quiera puede contar sus experiencias durante
Recuerdo una tarde que iba con Pascale, una francesita impresionante, y nos dirigíamos a la discoteca Hilarios, como siempre. Estábamos a unos veinte metros de la entrada cuando nos cogieron dos tipos y nos apartaron con muy malas maneras. Yo tenía dieciséis años y estaba acojonado, la verdad. Resulta que eran policías secretas, qué te parece. Nos cachearon; buscaban drogas, no encontraron nada, nos dijeron que estábamos vigilados, nos trataron como a delincuentes; fatal, a empujones y golpes.
Ahora que lo pienso, mi único delito era llevar el pelo largo, chupa de cuero y un pendiente en la oreja. Me hace gracia que ahora los papás les pongan pendientes a los nenes. Entonces era prácticamente un delito.
Casi estábamos acostumbrados. En Barcelona o en Salou no paraba de detenernos la policía porque vestíamos raro. Ahora no darían abasto, madre mía. Haría falta un batallón.
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