martes, 29 de enero de 2008

Textos Libres. José Carlos

José Carlos nos envía un documento de indudable interés. No hay muchos que, como él, tengan el valor de reconocer que estuvieron en las filas de la extrema derecha en aquellos tiempos tan duros. Su relato nos muestra la otra cara de las cosas, la otra trinchera, el bando de enfrente. Ya dijimos que quien quiera puede contar sus experiencias durante la Transición y publicarlas en este blog. Basta con enviar el escrito a: cgalianoroyo@gmail.com.


Recuerdo las primeras veces que mi padre me llevó a la sede de Fuerza Nueva en Madrid y ese ¡Arriba España, Arriba siempre!, nada más entrar. Yo tenía 15 años y la verdad era sorprendente, pero para ellos muy normal. El hermano de mi padre escribía en la revista de FN, aunque normalmente era crítico taurino. Se veían muy poco, pero eran de las mismas ideas. Su padre (mi abuelo al que nunca conocí) murió en la guerra por su condición de, digamos, capitalista o aburguesado. A veces llegaban a la sede algunos chavales más mayores que yo con magulladuras, pues habían tenido alguna pelea con los ”rojos” que, seguro, ellos mismos habían buscado, y eran tratados como héroes por los ya grandecitos, como mi padre.

Con él habíamos ido a comidas-mítines donde hablaba Blas Piñar y era muy normal, mientras comíamos, ver cómo alguien mostraba la pistola al compañero de al lado con toda naturalidad, para enseñarle el modelo o lo que sea. A mí particularmente no me parecía tan normal, pero por otro lado mi padre, que era comercial y siempre estaba en el puente aéreo, dejaba la pistola en un kiosco y la recogía a la vuelta. Yo alternaba esa vida de facha con la de mis hermanos que, por cierto, estaban en la movida: grupos de música, conciertos, juergas y discotecas. Parece difícil de entender, pero era exactamente así, aunque mis hermanos tenían mucho cuidado con lo que me decían pues no se fiaban mucho de mí; más que nada por si metía la pata, claro.

El 23-F mi padre estaba entusiasmado, llamó a mi tío (que era policía) y nos dirigimos a la sede de FN en Gavá. Era curioso, pues esa noche no se veía ni un coche. Allí estuvimos a la espera de que pasara algo, pero gracias a Dios no pasó nada. Según ellos todo estaba preparado por el Rey para eliminar a los partidos políticos y volver de alguna manera al Franquismo.

El trabajo que nos pidieron en el instituto lo hice con el periódico “EL ALCÁZAR” nada menos. El profe se asustó un poco cuando lo vio, aunque entonces yo pensaba que estaba bien que hubiera pluralidad en los trabajos. Hoy en día me hago cruces de todo esto, claro.

También recuerdo cómo mi padre iba a votar con la camisa azul y los emblemas falangistas.

Tengo que decir que mi otro abuelo (a quien si conocí) estuvo en el otro bando de la guerra; es decir, con los “rojos”. Cada día que pasa lo admiro más por lo que tuvo que pasar y cómo se adaptó luego a los tiempos de la posguerra.

Yo, como he dicho antes, tenía entre 16 y 17 años y, cuando vivía en Madrid, llevaba una navaja automática para cuando íbamos a hacer pintadas. Gracias a Dios, si es que existe, pronto las influencias de mis hermanos y el sentido común me hicieron recapacitar y poco a poco, declarándome en rebeldía frente a mi padre, dejé ese mundo incongruente que no conducía a nada y me dediqué a vivir mi adolescencia y juventud a tope. Y no me arrepiento, aunque también sé que metimos la pata en unas cuantas cosas debido a nuestra inexperiencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que conozco a este pollo!
Y no se llama Jose Carlos!
Yo asistí (pocas veces por cierto), a ese tipo de mitines-comida.
Flipante tío!
Exactamente como lo explica "Jose Carlos"
Lo mío con esa movida duró poco, poquísimo...
Lo peor eran los cassettes de nuestro papá en el coche con los discursos del Blas Piñar de mítines anteriores.
Pero todo todito es absolutamente cierto, yo mismo lo he visto con estos ojitos,...
Que si la pipa por aquí, que si vamos a buscar rojos por allá, ...
Nos preocupaba nuestro hermanito pequeño, que se estaba metiendo en un mundillo peligroso ...
Realmente la hostia!!
Hoy se ve todo eso muy lejano, pero tenía su mandanga ...
Aún así todos hemos salido adelante, unos con más suerte que otros, pero todos con dignidad, intentando ejercer de buenas personas, que ya es mucho, y no siempre sale bien!
jadqs