lunes, 24 de marzo de 2008

Textos Libres. Lluis (5)

La verdad es que no sé si abrir una etiqueta en el blog que se llame «Lluis». El tío está que no para, y hace bien. En esta ocasión habla de la música, tan presente y necesaria para todos los que pertenecemos a la Generación Inexistente. stsl duien recuerda "El conociYa dijimos que quien quiera puede contar sus experiencias durante la Transición y publicarlas en este blog. Basta con enviar el escrito a: cgalianoroyo@gmail.com.


No sé si alguno de los que estáis leyendo estas líneas habéis visto la película «El mapa del mundo» (con música, por cierto, del gran Patt Metheny). Trata de una mujer a la que una serie de acusaciones falsas dan un vuelco a su vida y todo se le transforma. Cuando lo soluciona (ya al final de la película y después de muchas penalidades e injusticias), reflexiona sobre su «mapa del mundo», aquello que forma nuestras experiencias, vivencias y, en definitiva, nuestra vida. En mi propio mapa del mundo, aparte de toda la gente a la que he conocido y todos los buenos y malos momentos vividos (al final no creo que borrara nada de ese mapa, porque todo me pertenece), tiene un papel principal «La música», omnipresente en mi vida, banda sonora de mis experiencias, de mis alegrías y mis penas.

El primer recuerdo musical que tengo es el de mi madre (como muchas otras madres de nuestra generación) cantando en casa aquellas canciones «antiguas» sobre amores y desamores mientras se ocupaba de «sus labores» (eso que tanto les gusta a los del PP). Mi madre tenía muy buena voz, entonaba como una profesional y, a pesar de que ninguno de sus hijos siguió el camino de la música, su influencia en nosotros (y especialmente en mí) fue primordial para mi desarrollo posterior.

También recuerdo a mi abuelo y aquellos discos gruesos de gramófono. Sus zarzuelas (con aquellas fundas de papel de colores) y la música clásica. La música francesa de mi abuela (al igual que sus lecturas en francés, antes de que el inglés se convirtiera en el único idioma del mundo). Las cantantes clásicas con sus grandes voces y su deje de pronunciación, que a mí me parecía tan gracioso.

Recuerdo también los discos sencillos de vinilo que guardaban mis padres en aquel armario del comedor. Los Tres Sudamericanos y todos aquellos grupos y solistas de la época. La vida, entonces (se dice mucho y, en realidad, daba esa sensación) era como en blanco y negro. Será por las fotos o por la televisión, cuando llegó... o por lo triste (de alguna manera) que era todo por aquel entonces (no les quedaba mucha alegría a los que vivieron la guerra y la posterior represión franquista). Recuerdo ahora la casa de mis abuelos, que era como un museo. Juguetes de lata, muñecos de plomo, cómics de «Flechas y Pelayos» (con aquellas tapas rojas con las que mis abuelos los habían encuadernado y que rompían con el «azul» de los contenidos). Aquel papel deteriorado por el paso de los años, aquellas publicaciones rancias, aquellos contenidos impensables (especialmente los dirigidos a niños y mujeres). Y también, más adelante en el tiempo, aquellas revistas francesas con aquellas fotos a color que parecían pintadas a mano, donde descubrí, por primera vez, la atracción sexual (mirando a aquellas mujeres con poca ropa).

También recuerdo los discos de Capri (el primer monologuista que recuerdo y, además, en catalán), cuando nos sentábamos en el comedor de mi casa con mis padres y hermanos a escucharlo, sin parar de reír (hablando del Seiscientos, de los viajes, de la playa...).

Luego vendría la música que escuchaba mi hermano mayor y que yo absorbía como una esponja (siempre he escuchado toda la música que ha caído en mis manos, de todos los estilos, quedándome finalmente con lo que me gustaba). Los primeros discos de los Beatles, El «Sopa de cabeza de Cabra» de los Rollings, El glam-rock de Gary Glitter, T- Rex, Slade o David Bowie (este último me marcó especialmente y estuvo en mi vida para siempre), los Moody Blues o los cantautores como W. Guthrie, Bob dylan, Joan Baez, Leonard Cohen, Simon and Garfunkle o Donovan.

Con el paso del tiempo fui descubriendo, en casa de los abuelos, otros cómics que guardaban, con historietas de los maestros Emilio Freixas o Blasco, del Gran Mingote o de Hal Foster, entre otros (¡qué descubrimientos aquellos!).

Más tarde, hacia el final de franquismo, mis hermanos mayores me aleccionaron con músicas prohibidas, perseguidas, censuradas (solo por eso motivo, tenían que tener algo de bueno), de cantautores catalanes (Llach, Pi de la Serra, Raimón, Ovidi Montllor y posteriormente Mª del Mar Bonet, Coses o Ramón Muntaner) o de otros lugares de la geografía nacional (Paco Ibáñez, Patxi Andión, Elisa Serna, Pablo Guerrero, Luis Pastor, Labordeta, L. Eduardo Aute y otros como La Bullonera o Joaquin Carbonell), de Cuba (Silvio Rodríguez, Pablo Milanés...), de Chile (Quilapayún, Víctor Jara, Violeta Parra...), de Occitania (Martí)... Todo aquello combinado con la inofensiva música progresiva: Yes, Genesis, Pink Floyd, E,L & P, King Crimson, Gong o posteriormente , ya en la Transición, Camel o los catalanes Gotic. Horas y horas de música para una banda sonora que acompañaba la evolución de un régimen totalitario hacia la Democracia.

Recuerdo también la revista TRINCA, con un contenido bastante mediocre pero con unos dibujantes espectaculares: Ventura y Nieto (Es que van como locos), Hernández Palacios (Manos Kelly, el Cid...), Esteban Maroto y tantos otros y la música de LA TRINCA (un grupo de Canet de Mar que mezclaba músicas diversas con textos realmente divertidos y críticos y una puesta en escena espectacular... hoy convertidos en los dueños y señores de una de las mayores productoras del país).

Y después toda la movida de los 80 (y de algunos años anteriores). Bandas de Madrid (Leño, Coz, Union Pacific, Asfalto, Burning y Mariscal Romero...), de Andalucía (Triana, Medina Azahara...), de Cataluña (Companyia electrica Dharma, Secta Sonica, Pau Riba, Sisa...). Descubriendo, con los primeros aires de libertad, aquellos grupos tan cercanos y de tanta calidad. Si tuviéramos que concentrar toda la música que escuchamos, necesitaríamos dos vidas enteras. Leyendo historietas de los personajes de la Marvel (ahora tan famosos), aquellos libritos en blanco y negro sobre personajes con poderes y chicas espectaculares: El Capitán América, El Hombre de Hierro, Thor, Namor, Los Cuatro Fantásticos, Spiderman... al lado de cómics del gran maestro Ibáñez o de Quino (con su Mafalda), con música Heavy de fondo: Deep Purple, Led Zeepelin...

Luego vino el trancazo del Punk que lo cambió todo (sobre todo y más que nada, a nivel musical): Sex Pistols, Jam, The Clash, Stranglers. También nosotros nos volvimos más salvajes, más incontrolables, más duros, más broncas (para sobrevivir en un ambiente plagadito de peleas y de movidas). Los Kaka de Luxe, Alaska, Ramoncín, Siniestro Total, Las Vulpes...

Y después del Punk las cosas fueron volviendo a la normalidad (o no). Llegó la New Age y algunos de los mejores grupos de los 80. Cambiaron las modas y también los comportamientos con música de Ultravox, Devo, U2, The Cure, Simple Minds, Elvis Costello, Talking Heads , y posteriormente los grupos de guitarras como Smiths, Red Guitars, Lost Love Ones, Sisters of Mercy... Y toda la música nacional de Nacha Pop, Secretos, Parálisis Permanente, Golpes Bajos...

Aquella época fue insuperable, nunca ha habido tantas bandas y de tanta calidad, tantos conciertos, tantas publicaciones, tanto cómic (1984, TOTEM, Metal Hurlant...). Después de tantos años de escuchar tanto rock y tanto pop y de pincharlo en la emisora de radio en la que colaboré durante muchos años (porque ,de hecho, un locutor de radio o un crítico musical no es más que un músico frustrado que, al igual que un pintor que no pinta nada propio y solo copia, emula a los músicos que no pudo ser y, en lugar de interpretar, presenta y reproduce aquella piezas musicales haciéndolas propias por unos momentos, opinando sobre ellas y ofreciéndolas a sus oyentes), me decanté por la música New Age (la música instrumental contemporánea) y otros devaneos a pesar de que, en la actualidad, he vuelto a toda aquella música y a escuchar potentes bandas actuales como Simple Plan, Fall out boy o Avril Lavigne, entre otros muchos. Porque siempre hay que estar abierto a escuchar todo aquello que podamos y que nuestro mapa del mundo tenga una variada y amplia banda sonora.

Recordar aquí, ya por último, la música clásica de Kike (Strawinski, Bach, Ravel, Debussy...) que él me enseñó a entender y a comparar con toda la música popular.

8 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Lluis:
También hay un personaje en la novela que recuerda a Kike. Bueno: ES kike. La última vez que le vi fue en un vídeo, a mediados del año 2000 en Estados Unidos. Yo había ido a ver a mi hermano Charli, que llevaba allí unos años, y él a tocar la guitarra española a no sé qué auditorio de Washington.

Anónimo dijo...

César:
Cada dia estoy más ansioso por leer tu libro.
En lo referente a la música, afirmo que la musica me ha acompañado en cada y todos los momentos de mi vida (también el Comic y otros). Y que hoy , en un mundo plagadito de frikis y de fealdad, la belleza es sin duda una de las más potentes "revoluciones".
Quiero aportar como muestra unos temas (buscadlos en el famoso buscador de videos de internet)que, en su dia (y todavia hoy) me marcaron:
- Naturtrane de Nina Hagen
- This woman work de Kate Bush
- Another day o Song to the siren de los This mortal Coil
Escuchadlos y me deciis.
Gracias

LLuis

MIGUEL ANGEL DÍAZ DE QUIJANO SANCHEZ dijo...

Luis , tu memoria es prodigiosa , al menos en comparación con la mía,algunos grupos , al leerlos los he recordado, en los comics te ha faltado alguno, como el crepy, que me encantaba, besame mucho y otros que siempre tenía en casa, además tenía los que les gustaba a mi padre como " el hombre enmascarado, Flash Gordon, Delta 99,y alguno más,me has dejado de piedra con los MARVEL la verdad de Namor no me acordaba ,enfin de coña!
Un abrazo.
mike

Anónimo dijo...

Brutal, Lluis.
Es genial! yo viví todo aquello de manera muy parecida.
Qué buenos Triana!! Muchas veces me acuerdo de ellos.
También había un grupo un poco extraño alemán que hacían música electrónica y que me gustaba mucho: Kraftwerk; a veces eran un poco plastas pero tenían algún tema genial.
Yo también soy una aficionada de la música clásica. Has mencionado a los grandes de verdad: Bach, Ravel, Debussy y yo prolongaría la lista:
Prokofiev, Paul Dukas, Mendelsson, Schumman, y españoles como Falla o Albéniz.
Sabíais, que Falla y Albéniz estudiaron orquestación en Francia con Debussy, Ravel y Dukas y que por eso su música tiene reminiscencias de su escuela. La escuela parisina produjo verdaderos maestros de la orquestación.
Ravel tiene una pieza que me entusiasma: "la valse".
En cuanto tenga un momento voy a escuchar las piezas que nos has recomendado.

Lluis, conocías a un grupo que se llamaba "magna carta"? Tenían un disco buenísimo "Lord of de ages" y otro basado en las 4 estaciones. Muy buenos los dos.

Anónimo dijo...

OSTIAS LUIS!,
SABES UN HUEVO TÍO!
A VER SI UN DÍA NOS VEMOS Y RECORDAMOS VIEJOS TIEMPOS!
(DALE A CESAR TU MAIL PORFA!, PARA QUE ME LO MANDE)
UN ABRAZO
JOSE

Anónimo dijo...

Cesar:
Kike ya me conto lo de Carlos. De hecho ha ido varias veces a EEUU y tambien con carola, su mujer.
Mike:De Comics, me los he dejado casi todos. Habían cantidades (CIMOC, era otro, por ejemplo).
Mar: Si pongo toda la musica que me gusta (tambien la clasica) Cesar me hecha del Blog directamente.
Jose:Algún dia montamos una calçotada y nos vemos. Estaria bien
Gracias a todos por Vuestras bellas palabras.
Yo

Anónimo dijo...

me apunto a la calçotada!
jose