miércoles, 20 de febrero de 2008

Textos Libres. Lluis

Lluis ha vuelto a aparecer en escena. No habíamos hablado desde el 2003 o por ahí, cuando la muerte de un amigo común nos puso en contacto; y antes de eso, desde mediados de los ochenta. Sin embargo, Lluis es la persona real a partir de quien creé a uno de los personajes principales de la novela y, lógicamente, en seguida ha querido tomar parte activa en este asunto del blog. Ha enviado un texto en el que recuerda su paso por los grupos de música de entonces y me ha dicho, a título personal, que enviará más cosas que recuerde. El texto de hoy se titula Jóvenes Creativos. Y la canción del final no tiene desperdicio. Ya dijimos que quien quiera puede contar sus experiencias durante la Transición y publicarlas en este blog. Basta con enviar el escrito a: cgalianoroyo@gmail.com


En aquellos días, quien más quien menos formaba parte de algún grupo musical o tenía algún amigo que lo estaba o que colaborara. Aparte de los músicos, rodeaban a las bandas: desinteresados letristas, diseñadores gráficos o de moda, peluqueros y estilistas, técnicos de sonido, dibujantes, mánagers...

También había mucha colaboración entre bandas. Cuando, por ejemplo, a alguien le robaban los instrumentos (pasaba más a menudo de lo que cualquiera hubiera o hubiese deseado... sobre todo porque en los locales de ensayo siempre aparecía gente a la que nadie conocía de nada y que, además, llevaba a sus colegas), la gente hacía todo lo que podía para ayudarles. Aparte de colaborar en la búsqueda y captura de los cacos (generalmente con poco o nula colaboración policial... ya que debían pensar que los mismos miembros del grupo robaban los instrumentos con no se sabe qué propósito), se organizaban conciertos para recoger dinero y poder comprar nuevo material, se les dejaba instrumental y soporte técnico para que pudieran seguir actuando, etc.

También en la época se hacían «fiestas» en los propios locales de ensayo o en alguna masía de algún miembro del grupo y todo el que quisiera subir al escenario podía hacerlo. Así se reunían otros músicos y todo tipo de gente que quisiera expresar algo (y siempre estaba el que subía a dar la nota).

La letra que acompaña a este texto pertenece a mi participación como letrista (también diseñé alguno de los carteles de los conciertos) en la última etapa de AZÚCAR EN LA SANGRE. Más tarde (en otra época) tuve la oportunidad de colaborar como cantante y letrista en la nueva banda de Kike, EL SILENCIO (con Edgar al bajo eléctrico, Robert a la batería y Kike y Miquel a las guitarras), que la crítica de aquel entonces definió como «Pop lujoso». Aquello duró poco, pero fue una experiencia agradable, divertida y, sobre todo, muy creativa.

La letra en cuestión reproduce un momento de desazón en el que pensaba que en este mundo (y también en aquel) no se puede ser bueno...

Confieso, aquí y ahora, mi gran admiración por GERMÁN COPINI (como letrista), líder de una de las mejores bandas Pop de todos los tiempos en nuestro país: GOLPES BAJOS. Este personaje había estado ya liderando a los SINIESTRO TOTAL de la primera época (su primer Lp) y sus letras reflejaban bastante bien lo que pensaba por entonces sobre un sinfín de cosas.


DEMASIADO BUENO PARA UN CUENTO

Demasiado bueno para un cuento

perdido siempre entre hojas que se agrietan

descargando esa tensión sobre ti mismo

con los ojos caídos, las manos prietas.


Desafiando esa sombra de mentiras

que rodean ese mundo, incomprendido,

una curva prominente entre las líneas

demasiada confusión, tu mundo hundido.


Sonriendo por la nulidad de los que mueven

esas cuerdas que manejan a los burros,

tu locura incomprendida es desafío

para los que ven el mundo en un sentido.


Moviéndote a tu estilo, a tu manera,

mientras viejas máscaras se desmoronan,

olvidándote del monstruo, que ahora ruega

que le corten la cabeza... y le perdonan.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Luis.

Anónimo dijo...

26 años después...

MIGUEL ANGEL DÍAZ DE QUIJANO SANCHEZ dijo...

muy guay!
creo que la tenias que haberla escrito en catalá-.
pero molt be .
Encantado de hablar contigo
mike

Anónimo dijo...

joé Luis,
¡Como pasa el tiempo, pisha!
No sé qué pinta tendrás ahora ..., pero te recuerdo perfectamente como en la foto de la portada de generación inexistente:
El pelo largo,...
La barba rubia, ...
El pitillo en la boca, ...
La gabardina, ...
Quizás tengas menos pelo (yo ya me pongo ungüentos y potingues, tío!), más barba ...
En fin ..., que nos quiten lo bailao!
Azúcar en la sangre!!, ya ni me acordaba !
En cualquier caso fue una época de nuestras vidas importante, y en la que (yo por lo menos), disfrutamos un montón.
¿Cómo se llamaba aquella novia tuya, con la que desaparecías de vez de cuando?
ME alegra verte por el blog de César, oh César!
er jose